miércoles, 9 de marzo de 2011

DECIR ADIOS

SALMO 115.12-18



Decir adios, muchas veces es la palabra más dificil d pronunicar. Es la transicion de esatr acompañdao a quedarse con un sentimiento de vacio; es hacer que un trozo de nuestro ser sea arrancado cuando la otra persona se va.



Jesus nos anunció antes de ascender a los cielos no nos dejaría soplos, envia a nosotros el consolador (S. Juan 15.26) , su Espiritu Santo, la unión entre Dios y los hombres, un pedacito de de Dios en nosotros, una pequeña porción de Él la cual debe crecer en un mismo cada día, permitiendo asi el accionar y la trasformacion desde adentro hacia afuera. La verdadera comunión con Dios y su paz que sobrepasa todo entendimiento es la que hace que el dolor del adios sea mas leve.



El ungüento, su aceite, el remedio que calma todo dolor, ese es el poder de el Santo Espiritu de Dios. (S. Mateo 5.4)



¿Adios? Nunca, nadie ni nada se va hasta que lo olvidamos y Dios a nosotros no nos olvidó (Salmo 115.12-18), nosotros no no acordamos de el.





PIENSALO



No estamos preparados para afrontar el dolor. ¿Qué tanto nos acordamos de Dios en momentos dificiles?

Dios te bendiga.



*DECICADO A MI ABUELA MARGARITA QUE PARTIO CON EL SEÑOR*

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