Éxodo 28 y 29, 39:1-31. Levítico 8.
Estas eran las Ropas Santas de los sacerdotes.
Las vestiduras de los sacerdotes debían ser parte de la adoración. Eran vestidos para honra y hermosura exquisitamente bordados y trabajados. Además eran ropas que los identificaban del resto del pueblo y que los habilitaban para servir dentro del Tabernáculo. Eran ropas blancas de lino fino, con hermosas piedras preciosas incrustadas en ellas y santificadas.
¿Hay santidad en tu manera de vestirte o hay provocación al sexo opuesto?
Hoy, tú y yo somos sacerdotes de Dios, y como tales somos sus representantes aquí en la tierra. Por lo tanto, cuando hablo de “santidad en tu manera de vestirte” no estoy diciendo que te vistas como un viejo ni que uses los vestidos de tu abuela. Lo que estoy queriendo decirte es que no provoques sexualmente. Puedes vestirte a la moda, ¡y está bien que lo hagas! sin necesidad de provocar sexualmente a nadie. Sea que uses una calza, una bikini o un short de baño, una minifalda o un vestido de fiesta, qué esa ropa también sea de buen testimonio, y no una manera de despertar los ratones de los demás alimentando sus fantasías sexuales. Los mal pensados lo serán te pongas lo que te pongas. Olvídate de ellos, lo importante es que tú no seas él/la provocador/a.
Como sacerdote de Dios, tus ropas tampoco pueden expresar abandono, dejadez, suciedad o muerte (onda góticos, por lo de “muerte”). ¡Qué tus ropas expresen gozo, ganas de vivir, pasión!
Piénsalo.
¿Cómo es tu manera de vestirte?
¿Qué mensajes estás dando?
Somos sacerdotes de Dios para ofrecerle adoración y reconocimiento. Y aunque no necesitamos usar una ropa “especial”, sí necesitamos hacerlo en santidad. De más está decir que nuestra manera de vestir debe expresar esa pureza interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario