Levíticos 5 al 6:7.
La ofrenda por las TRANSGRESIONES.
Cuando Dios y las personas que están en autoridad te ponen límites lo hacen para tu bien. Te dicen “hasta acá puedes llegar”. Pero cuando tú decides hacer tu propia voluntad y cruzas esos límites estás transgrediendo esa orden. En otras palabras: estás cruzando los límites y al hacerlo, pecas. Una transgresión es cruzar el límite, rebelarte contra la orden. Las transgresiones son el resultado del pecado que está en nosotros. Cada vez que transgredimos con malos pensamientos, malas actitudes, comentarios fuera de lugar o reacciones impulsivas, pecamos y necesitamos nuevamente buscar a Dios para ser perdonados y restaurados.
Los cuatro tipos de transgresiones son:
A. No testificar de algo que viste o sabes (5:1).
¿Cuántas veces “ves”, “escuchas” o “te enteras” de lo que otros hacen mal y cierras tu boca y lo ocultas porque no quieres denunciarlos?
Al tener esta actitud, tú estás participando del pecado de ellos. Es como si estuvieras pecando con ellos.
Eres cómplice al esconderlo. No tienes que actuar como un chismoso contándoselo a todo el mundo (porque no todos deben enterarse de eso que tú sabes), pero sí tienes la responsabilidad de hablar con las personas que están en autoridad y decírselo a ellas para que quedar libre de ese pecado.
¿O cuántas veces sentiste miedo o vergüenza de contarles a otros acerca de tu relación personal con Jesús sabiendo que Dios te pide que seas testigo de su amor y salvación? Esto también es transgredir porque no estás dando testimonio de lo que sabes.
B. Tocar el cadáver de un animal inmundo (5:2).
¿Cuántas veces “oyes” cosas relacionadas con la muerte? ¿Cuántas veces “matas” tu vida espiritual y tu relación con Dios oyendo las críticas negativas, los comentarios malintencionados o las palabras mentirosas contra los líderes y pastores o en contra de otros hermanos? Al escucharlas es como si tocaras un cadáver.
Hay personas que son como cadáveres: están llenos de muerte. Son amargados, resentidos, vengativos, y todo lo que hablan o dicen es para destruir a otros. Cuando pasas mucho tiempo oyendo a esas personas te contagias de la muerte que hay en ellos. ¡No pierdas el tiempo escuchándolos! ¡Huelen a cadáver de muchos años de putrefacción! ¡Aléjate de ellos! ¡Manténte limpio y vivo en tu corazón!
C. Tocar la inmundicia de un hombre (5:3).
Son muchas las cosas inmundas de las personas sin Cristo, pero una de las más graves es la fornicación. Fornicar es tener relaciones sexuales con alguien. Tener sexo sin estar casado con esa persona. Pero ¿sabías que también fornicas cuando te calientas la cabeza con alguien que te gusta? ¿O cuando miras pornografía o programas eróticos? ¿O cuando tu mente vuela con música sugerentemente erótica? Todo esto es como tocar inmundicia.
D. Jurar a la ligera (5:4).
Jurar a la ligera es hablar por hablar. Es hablar sin necesidad, apresuradamente, de cosas buenas o malas.
Se refiere a todo lo que hablas que no edifica y no bendice, aún cuando no sea malo. Son puras palabras y nada más. Especialmente cuando opinas de personas o cosas sin conocerlas bien.
¿Qué debía hacer la persona que transgredía en alguna de estas maneras? (5:5 al 13).
Confiésales tu pecado a Dios y a las personas contra las que transgrediste en alguna de estas maneras para ser perdonado. Y pon la Palabra de Dios en tu mente y corazón para ser sanado.
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