viernes, 27 de mayo de 2011
No Seas Inmundo
Pasaje clave: Levítico 21.
Lo inmundo, en la Biblia, no se refiere únicamente al pecado sino a todo aquello que produce muerte. Es inmundo todo aquello que puede “matar” tu relación personal con Dios, o que “mate” tus buenos pensamientos y sentimientos. Es inmundo todo aquello que pueda “matar” tu deseo de amar a Dios o de jugártela totalmente por Él. Es inmundo todo aquello que produzca divisiones, peleas o enemistades entre tú y tus hermanos “matando” tu amor o tu interés por ellos.
Para Dios nuestra apariencia física no es lo más importante. No importa si eres alto o bajo, gordo o flaco, si tienes granitos o si eres chueco. Él mira tu corazón. Si tienes a Cristo en tu vida eres un sacerdote para Dios, por lo tanto tu corazón tiene que estar limpio.
Pero si además de ser un hijo de Dios, estás participando de ministerios en la iglesia o en tu grupo eres diferente a los demás. Tienes un privilegio muy grande, pero también tienes una responsabilidad mayor que la de los demás adolescentes y jóvenes “que no hacen nada“. Tu vida tiene que ser más santa. Tu corazón tiene que estar más limpio. Tu relación personal con Jesús tiene que ser más fuerte. Tu sujeción y obediencia a tus autoridades tienen que ser mayores. Más que cualquier otro tienes que estar dispuesto a no enredarte con el pecado ni a encubrir el pecado de nadie.
No te confundas. Este mayor compromiso no significa que vivas como un amargado o como alguien que nunca se ríe, no hace bromas y nunca se divierte porque se la pasa todo el día “encerrado en la iglesia“. Tampoco significa que te pases todo el día asustado pensando: “¿Estaré santo o no?”
.
Piénsalo.
Últimamente, ¿qué cosas “inmundas” hablaste, miraste, tocaste, pensaste o sentiste?
¿Cómo te afectó y cómo afectó a otros?
¿En qué áreas de tu vida te cuesta más vivir en santidad?
¿Eres de los cristianos “tristes y aburridos” que están todo el tiempo deprimidos y amargados, enojados con todos, o eres de los que son capaces de vivir y disfrutar a full sin perder santidad?
Lo inmundo, en la Biblia, no se refiere únicamente al pecado sino a todo aquello que produce muerte. Es inmundo todo aquello que puede “matar” tu relación personal con Dios, o que “mate” tus buenos pensamientos y sentimientos. Es inmundo todo aquello que pueda “matar” tu deseo de amar a Dios o de jugártela totalmente por Él. Es inmundo todo aquello que produzca divisiones, peleas o enemistades entre tú y tus hermanos “matando” tu amor o tu interés por ellos.
Para Dios nuestra apariencia física no es lo más importante. No importa si eres alto o bajo, gordo o flaco, si tienes granitos o si eres chueco. Él mira tu corazón. Si tienes a Cristo en tu vida eres un sacerdote para Dios, por lo tanto tu corazón tiene que estar limpio.
Pero si además de ser un hijo de Dios, estás participando de ministerios en la iglesia o en tu grupo eres diferente a los demás. Tienes un privilegio muy grande, pero también tienes una responsabilidad mayor que la de los demás adolescentes y jóvenes “que no hacen nada“. Tu vida tiene que ser más santa. Tu corazón tiene que estar más limpio. Tu relación personal con Jesús tiene que ser más fuerte. Tu sujeción y obediencia a tus autoridades tienen que ser mayores. Más que cualquier otro tienes que estar dispuesto a no enredarte con el pecado ni a encubrir el pecado de nadie.
No te confundas. Este mayor compromiso no significa que vivas como un amargado o como alguien que nunca se ríe, no hace bromas y nunca se divierte porque se la pasa todo el día “encerrado en la iglesia“. Tampoco significa que te pases todo el día asustado pensando: “¿Estaré santo o no?”
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Piénsalo.
Últimamente, ¿qué cosas “inmundas” hablaste, miraste, tocaste, pensaste o sentiste?
¿Cómo te afectó y cómo afectó a otros?
¿En qué áreas de tu vida te cuesta más vivir en santidad?
¿Eres de los cristianos “tristes y aburridos” que están todo el tiempo deprimidos y amargados, enojados con todos, o eres de los que son capaces de vivir y disfrutar a full sin perder santidad?
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